Algo que necesitamos reconocer es que somos barro, ya sea que estemos en las manos de Dios o que estemos en el suelo, seguimos siendo arcilla, y para no endurecernos y quedar deformes necesitamos seguir dejando que Él termine su trabajo en nosotros.
Algo que necesitamos reconocer es que somos barro, ya sea que estemos en las manos de Dios o que estemos en el suelo, seguimos siendo arcilla, y para no endurecernos y quedar deformes necesitamos seguir dejando que Él termine su trabajo en nosotros.